La historia de cómo se descubrió la espuma viscoelástica, esa maravilla de material que ahora acuna nuestros sueños nocturnos en las más cómodas camas alrededor del mundo, comienza no en una empresa de diseño de colchones, sino en las estrellas.
Sí, para contar esta aventura cósmica, debemos remontarnos a la era del espacio, a aquellos días de innovación y exploración que definieron los años 60.
Imagínense, EEUU se encuentra en plena Carrera Espacial, y la NASA tiene una misión: conquistar el espacio. Pero el espacio es un lugar inhóspito, no precisamente conocido por su comodidad. Los astronautas enfrentaban fuerzas gravitatorias extremas durante el lanzamiento y el reingreso a la atmósfera terrestre, lo que no solo era incómodo, sino también peligroso.
Aquí es donde entra en escena Charles Yost, un ingeniero brillante y visionario que trabajaba en un proyecto de la NASA en 1966. Su misión era desarrollar un material que pudiera mejorar la protección y el confort de los astronautas en estas condiciones extremas. Y así, tras innumerables experimentos y pruebas, nació la espuma viscoelástica.
Este material, también conocido como "memory foam", tenía una propiedad asombrosa: podía absorber impactos y distribuir la presión de manera uniforme, y luego volver lentamente a su forma original. Era perfecto para cojines de asientos, trajes espaciales y cualquier aplicación que buscara reducir el estrés físico en el cuerpo humano en el entorno extremo del espacio.
Pero, ¿cómo pasó esta maravilla tecnológica de las estrellas a nuestras casas? La transición no fue inmediata. Durante años, el uso de la espuma viscoelástica se limitó principalmente al ámbito aeroespacial y a aplicaciones médicas, donde su capacidad para prevenir las úlceras por presión en pacientes postrados demostró ser revolucionaria.
Fue en los años 80 cuando la espuma viscoelástica comenzó a colarse en el mercado general. Empresas visionarias vieron el potencial de este material único para transformar la industria del descanso y la comodidad. Comenzaron a incorporar la espuma viscoelástica en colchones, almohadas y otros productos destinados al gran público, prometiendo una noche de sueño más cómoda y saludable.
El resto, como dicen, es historia. Hoy en día, la espuma viscoelástica es omnipresente en productos de descanso y confort, como en nuestros fabulosos colchones y almohadas hasta asientos de coches y calzado. Esta historia es un testimonio del ingenio humano y de cómo una búsqueda por conquistar el espacio exterior nos llevó a mejorar enormemente nuestro propio confort en la Tierra.
Así que, la próxima vez que te hundas en tu colchón de espuma viscoelástica de Dormideo, sueña con las estrellas. Porque aunque este material fue diseñado para el espacio, su legado nos ha proporcionado un confort celestial aquí, en nuestro hogar, el planeta Tierra.